miércoles, 10 de noviembre de 2010

Pilara López

Ayer estuve echando un café con Pilara, la que fuera concejala de CHA en Zaragoza entre 1995 y 1999. La primera represaliada de Antonio Gaspar, el primer obstáculo del que tuvo que desembarazarse el oficialismo bernalista para abandonar la política de la izquierda nacionalista y dejarse caer por la pendiente del entreguismo y el personalismo, disfrazados de pragmatismo y madurez política.
Estuvimos hablando del futuro, pero para decidir qué dirección hay que tomar, es preciso entender el pasado y Pilara me contó tres anécdotas, sucedidas en ese periodo, que lo explican e ilustran la diferencia entre la política de la izquierda nacionalista y la del oficialismo bernalista:
La primera tiene que ver con la política de CHA respecto de la Federación de Casas de Juventud: El Comité de Redolada había aprobado claramente que el partido era partidario de desvincular a la citada federación de la gestión del servicio público municipal de las Casas de Juventud, por considerarlo un grupo semimafioso al servicio del PSOE. Emilio Comín, portavoz del PSOE, había convencido a Gaspar de votar a favor del mantenimiento de la citada federación como gestora del servicio público, pero Pilara se plantó y dijo que había que seguir la política del partido y votar con el PP por la desvinculación. Gaspar tuvo que tragar y se hizo lo que colectivamente se había decidido. Pero no le gustó nada: lo "pragmático" para el bernalismo es renunciar al propio programa para quedar bien con el PSOE.
Otra tiene que ver con la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui: se acercaron a la CHA y hablaron con Pilara sobre la posibilidad de que el Ayto. les donase algunas furgonetas de Servicios Públicos que iban a ser retiradas y llevadas a la chatarra: en el Sahara podrían hacer buen papel. Pilara les explicó que si era ella quien lo proponía publicamente, el PP se cerraría en banda, pero que conocía a una concejala del PP que era muy receptiva a la solidaridad con el Sahara, y que si era ella quien lo proponía, conseguirían el objetivo. Por supuesto, Antonio Gaspar montó en cólera: Pilara había dejado escapar la oportunidad de ponerse una medalla, aun a costa de que las furgonetas nunca hubiesen llegado al Sahara. Lo "pragmático" para el bernalismo es manipular a las asociaciones y movimientos sociales en beneficio propio.
La tercera no recordaba Pilara con qué tenía que ver exactamente, tal vez con el Pantano de la Loteta, Gaspar dijo que había que tomar una decisión ya al respecto y Pilara que contestó que sería mejor consultar con el Rolde de Ecolochía y tal vez debatirlo en algún órgano del partido, pero Gaspar consideraba que no, que "si actuamos con hechos consumados (sic) no tendrán más remedio que tragar". Lo pragmático para el bernalismo es que los cargos públicos le marquen la política al partido y éste sólo sirva para aclamarlos como líderes.
La Izquierda Nacionalista era, y ha de volver a ser, servicio para las entidades sociales, cumplimiento del propio programa y sometimiento de los representantes a sus representados. Pilara era un obstáculo, como luego lo fuimos otros, para el desarrollo de la agenda oculta del bernalismo: manipulación del tejido asociativo, uso del programa como moneda de cambio e institucionalización de la toma de decisiones.
Esto va a cambiar, y en ello estamos.

4 comentarios:

  1. Buen artículo, yo lo he vivido y es así. La palabra BERNALISMO es la mas adecuada. Con el trato recibido por tener otras ideas que el Bernalismo muchos nos tuvimos que ir, la CHA ahora está descafeinada y si difieres de la dirección eres un apestado.

    Salud y República
    Rubén Barranco Arnal
    Monzón

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  2. Vuestra numero 2 en listas municpales, no? De ahi la propaganda... Bueno, a ver si hacéis lista o no...

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  3. La tres, Ricardo, el dos es Andrés.. Eso, a ver si hacemos lista ...

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