martes, 14 de abril de 2009

El 14 de Abril y la República Aragonesa

Parece que siendo 14 de abril, es obligatorio escribir algo en un blog republicano. No es nuestro caso, pero puede que alguien piense que se debe a un olvido o a una falta de convicción, y no es así: todo lo contrario.
Nosotros propugnamos la proclamación de la República Aragonesa, el 14 de abril es el aniversario de la II República Española.
Mientras que la I República Española, mientras la presidió Pi i Margall, fue un intento de República Federal, y los militantes aragoneses del Partido Federal llegaron a elaborar un Proyecto de Constitución del Estado Aragonés (que nunca fue aprobado ni entró en vigor); la II República Española era abiertamente unitaria, aunque conservaba la idea de la autonomía política, último intento de mantener bajo la soberanía española a Cuba y Filipinas. Catalunya primero se acogió a esa posibilidad, y su éxito animó a los aragonesistas a dar el paso político y constituir Estado Aragonés como partido nacionalista de izquierdas.
Territorialmente, la II República Española fue un desastre. El que la autonomía política de las nacionalidades que la integraban fuese considerada una excepción, fue un error; pero la incapacidad para articular el poder local (los municipios y provincias estaban regidos por gestoras al no volverse a convocar las elecciones municipales que tocaban en 1935) fue desastrosa a la hora de organizar el poder popular ante el levantamiento fascista.
Sinembargo, fue ese marasmo en el poder territorial, unido al fracaso de la incompresible alternativa promocionada por el Heraldo de Aragón: considerar que la "alternativa a la autonomía de Aragón es la Confederación Hidrográfica del Ebro" (sic!), lo que animó sin duda a muchos militantes de izquierda de agrupaciones locales y de barrios de zaragoza para acudir a la convocatoria autonomista de Caspe en mayo de 1936, realizada por Estado Aragonés para aprobar un proyecto de Estatuto de Autonomía.
Todos sabemos como acabó aquella historia.
No podemos decir que la II República Española hiciese nada para solucionar lo que se llamó "la cuestión territorial", fue en todo caso la inciativa de la sociedad la que buscó soluciones; que se encontraron con la oposición de la propia República (Estado Aragonés fue ilegalizado por apoyar la proclamación de la Republica Catalana en 1934, por ejemplo). Y aunque ante el levantamiento fascista, la República obtuvo el apoyo de los aragonesistas (escasos pero decididos), no estamos ahora para participar en las mixtificadoras celebraciones que nos la presentan como la Arcadia feliz de la Democracia y la Libertad.
Nosotros estamos por la República Aragonesa, una República Aragonesa que participe en una Unión Europea democrática (con un Parlamento que controle al aún hoy inexistente Gobierno Europeo y con un Banco Central controlado, a su vez, por ese Gobierno) donde el poder de los lobbis de las grandes corporaciones desaparezca ante la fuerza de la democracia y del poder popular. Si el Pueblo Aragonés, soberanamente, decide que la República Aragonesa quede integrada en una futurible III República Española, lo asumiremos, pero que nadie espere que apostemos lo más mínimo por una etérea III República Española que no reconozca el Derecho a la Autodeterminación del Pueblo Aragonés.

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