lunes, 13 de septiembre de 2010

Chile, 1969: Unidad Popular.



El pasado sábado fue el aniversario del Golpe de Estado en Chile que derrocó el gobierno de Salvador Allende e implantó una sangrienta dictadura militar en 1973.
El gobierno de Allende se había propuesto la transición del capitalismo al socialismo por vías democráticas y estaba sostenido por una amplia coalición respaldada por un fuerte movimento social.
La oligarquía chilena movilizó a toda la derecha, para intentar tumbar al gobierno con paros patronales y manifestaciones, pero al fracasar, echó mano del golpe militar y la dictadura subsiguiente. La Dictadura militar obtuvo en seguida el apoyo financiero de USA que sirvió como coartada para descalificar la política económica socialista del gobierno Allende, quien tuvo sólo unos meses para desarrollar el programa de la coalición y en constante lucha contra la tramposa oligarquía en un contexto internacional de crisis ecónomica.
Aquí y ahora estamos ante la convocatoria de una Huelga General, y aunque las condiciones sociales y ecónomicas hoy en Europa son muy distintas de las de Chile, si seguimos perdiendo posiciones, es posible que lleguemos a la precaria situación en que se encontraba la clase trabajadora, y las clases populares en general, en Chile hacia diciembre de 1969, cuando se firma el Programa de Gobierno de Unidad Popular, por los partidos comunista, socialista, social-demócrata, radical, el Movimiento de Acción Popular Unitaria y Acción Popular Independiente.
En el análisis previo al Programa, estos partidos coincidían en que:
Había medio millón de familias sin vivienda, había un grave déficit de atención en salud y educación, más de la mitad de los trabajadores cobraban salarios por debajo de las necesidades mínimas, y había mucho paro, sobre todo entre los jóvenes. Además, se estimaba que el 50% de los jóvenes de menos de 15 años estaba ¡mal nutrido!
El país llevaba dos años de crecimiento cero y varios lustros de gobiernos democristianos y conservadores con crecimiento económico inferior al 2%. El 50% de la renta nacional iba a parar al 10% de la población.
Esos gobiernos de derechas llevaban esos lustros con una política socioeconómica que nos suena:
Subvenciones y ayudas económicas, legales, fiscales y de todo tipo para las empresas bajo la amenaza de que si no, no habrá inversiones; los beneficios empresariales se van al extranjero; el despido laboral es libre y gratuito; se permite el acaparamiento de productos para provocar escasez y subir precios artificalmente (especulación).
Concluían en su análisis todos estos partidos que: "La única alternativa verdaderamente popular y, por lo tanteo, la tarea fundamental que el Gobierno del Pueblo tiene ante sí, es terminar con el dominio de los imperialistas, de los monopolios, de la oligarquía terrateniente e iniciar la construcción del socialismo en Chile".
Aquí y ahora la situación de la clase obrera es objetivamente mucho mejor en lo material que en el Chile de 1969, pero las políticas económicas aplicadas desde el gobierno Zapatero son clavadicas a las aplicadas por los gobiernos de la derecha chilena de los 50 y 60. Marcan el camino.
¿Tendrá la socialdemocracia capacidad para imponer su programa y mantener el poder adquisitivo y la calidad de vida de la clase obrera? ¿o por el contrario seguiremos cayendo en la espiral que nos ha metido el PSOE-UGT de sumisión al Capital y veremos cómo se precariza nuestra situación hasta la que había en el Chile de los 70?

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